Mar. Jul 8th, 2025

Fotografia: Redacciòn RI.

En un significativo paso hacia la redefinición de su relación, Estados Unidos e Irak han acordado poner fin a la misión «Inherent Resolve» contra el Estado Islámico (EI) en septiembre de 2025. Este nuevo enfoque establece una relación de seguridad bilateral que prioriza la cooperación, aunque persisten dudas sobre la reducción de las tropas estadounidenses en el terreno, una solicitud de larga data del Gobierno iraquí.

Durante una llamada reciente con periodistas, altos funcionarios estadounidenses expusieron que, si bien se trata de un movimiento hacia una asociación más estrecha, no se ha concretado cómo se materializará la disminución de las fuerzas estadounidenses. Un alto funcionario enfatizó: «Estamos todavía hablando sobre los números de tropas. Esto no es una retirada de Irak, es una transición hacia una relación bilateral de seguridad».

La misión «Inherent Resolve», que se inició en 2014 tras la rápida expansión del Estado Islámico en Irak y Siria, ha sido fundamental para frenar un grupo terrorista que ha causado graves crisis humanitarias y ha comprometido la estabilidad regional. Según la viceportavoz del Pentágono, Sabrina Singh, «Nuestra relación con las fuerzas de seguridad iraquíes y con el Gobierno de Irak es crucial. Estamos en Irak por invitación, y nuestra asociación ha logrado menguar al EI respecto a lo que era hace 10 años».

El plan de transición se divide en dos fases: la primera culminará con la misión contra el EI en Irak en 2025, mientras que la segunda hará lo propio en el noreste de Siria para 2026, sujeta a las condiciones del terreno. Actualmente, aproximadamente 2,500 soldados estadounidenses están desplegados en Irak y Siria, aunque los detalles sobre posibles reducciones aún no se han definido, lo que continúa generando expectativas y interrogantes en el ámbito político.

Estados Unidos ha recordado que, a pesar de los avances, la lucha contra el EI no ha terminado; el grupo sigue operando en diversas regiones de Irak y Siria, aunque su poder se ha visto considerablemente mermado y ha dejado de controlar territorio de manera significativa. Este año, el EI se ha atribuido más de 150 ataques en estas regiones, lo que representa un aumento respecto a años anteriores.

Por otro lado, las fuerzas estadounidenses también han enfrentado desafíos, siendo blanco de ataques por parte de milicias chiíes vinculadas al gobierno iraquí, en un contexto de creciente tensión regional tras la reciente invasión de Gaza por parte de Israel y su implicación en el conflicto con Hizbulá en el Líbano.

La transición acordada con el primer ministro iraquí, Mohamed Shía al Sudani, durante su visita a Washington en abril, se percibe como un paso hacia una nueva era en la cooperación entre ambos países, aunque la necesidad de mantener una presencia estratégica sigue siendo un punto de debate. A medida que el panorama de seguridad evoluciona, la atención se centra ahora en cómo Estados Unidos gestionará su presencia militar en el país y cómo responderá a las dinámicas cambiantes en la región.

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