Lun. Jul 7th, 2025

A los pies del imponente Volcán de Colima, se encuentra Suchitlán, un poblado a tan solo 20 minutos del centro del Pueblo Mágico de Comala que parece detenido en el tiempo. Con calles empedradas y casas de tejas rojas rodeadas de jardines floridos, este rincón colimense guarda una de las esencias culturales más profundas del estado.

El nombre de Suchitlán proviene del náhuatl y significa “lugar de flores”. Sin embargo, es más conocido como el pueblo de los brujos, por su estrecha relación con la medicina tradicional y los rituales de sanación. Allí, los curanderos y sabios locales son custodios de conocimientos ancestrales sobre plantas sagradas y ceremonias que forman parte activa de la vida comunitaria.

La localidad también destaca por el arte de la mascarería. Generación tras generación, artesanos tallan y pintan a mano máscaras de madera que representan animales, figuras míticas y leyendas locales, usadas en danzas y festividades religiosas. Este legado artístico convive con la elaboración de muebles de otate, cestería y finos trabajos en maderas como caoba y parota.

Un paseo por Suchitlán no estaría completo sin probar el tradicional conejo tatemado o visitar su procesadora de café, donde se saborea una de las bebidas más emblemáticas de la región. El recorrido puede extenderse hasta la Barranca del Río Suchitlán, con su puente colgante y vistas que roban el aliento, o hasta el Centro Turístico de la Laguna de Carrizalillos, un proyecto ejidal que desde 1975 ofrece un espacio perfecto para la convivencia con la naturaleza.

Visitar Suchitlán es abrir una puerta al México profundo: un viaje a las raíces, a lo sagrado y a lo auténtico, donde cada visitante puede llevarse no solo artesanías y sabores, sino un pedazo del alma colimense.

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