Dom. Nov 16th, 2025

La propuesta de construir un segundo piso en la avenida Adolfo López Mateos para aliviar la congestión vehicular ha reactivado un debate que lleva más de 17 años en el Área Metropolitana de Guadalajara. Con un costo estimado de entre 20 y 50 millones de pesos por kilómetro y la promesa de beneficiar a 150 mil conductores diarios, el proyecto enfrenta críticas de académicos y especialistas que advierten sobre sus limitaciones estructurales y sociales.

Desde la academia, integrantes del Seminario Permanente de Estudios de Movilidad Urbana Sustentable (Semus) del ITESO, como Karla Bañuelos Miranda y Juan Pablo Zatarain, sostienen que ampliar la infraestructura vial solo ofrece un alivio temporal. Ejemplos locales como los túneles de López Mateos construidos entre 2001 y 2006, o experiencias internacionales como el viaducto de Monterrey y el segundo piso de la Ciudad de México, muestran que estas obras suelen saturarse en poco tiempo debido al fenómeno de demanda inducida.

El gobernador de Jalisco, Pablo Lemus, anunció que se realizarán mesas técnicas para analizar la viabilidad del proyecto, mientras que la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, subrayó la importancia de llevar a cabo estudios técnicos antes de tomar una decisión. Sin embargo, académicos recuerdan que ya existen planes como el Integral de Movilidad para el Sur de la Ciudad, producto de diálogos en 2023 con más de 800 participantes, que plantean alternativas basadas en transporte masivo y colectivo.

Entre las críticas, especialistas advierten que un segundo piso no resolvería el congestionamiento, sino que trasladaría el problema a vialidades ya saturadas como Lázaro Cárdenas o avenida Aviación. Además, alertan sobre el impacto ambiental y social: pérdida de vegetación, afectaciones a comercios y fragmentación urbana. En contraste, señalan que apostar por transporte público masivo, como la extensión de la Línea 1 del Tren Ligero o el desarrollo de sistemas BRT, representa una alternativa más sustentable y de largo plazo.

De acuerdo con los investigadores, más del 60 por ciento de la población en Guadalajara se mueve en transporte público, generalmente por falta de alternativas. Insisten en que seguir privilegiando proyectos pensados para el automóvil agudiza la segregación social y deja de lado la movilidad digna, segura y eficiente. La apuesta, concluyen, debe orientarse hacia soluciones integrales que privilegien a las personas por encima de los vehículos.

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