Jue. Oct 23rd, 2025

Las plataformas digitales se han convertido en un espacio de captación para redes delictivas que atraen a jóvenes mediante contenidos, retos virales y ofertas laborales falsas. Así lo advierte Norberto Maldonado, presidente de la Fundación Kooltivo y especialista en tecnología, quien señala que el crimen organizado ha trasladado su estrategia de reclutamiento al entorno digital, aprovechando la vulnerabilidad social y económica de miles de usuarios.

De acuerdo con Maldonado, el proceso de enganche en redes sociales sigue una estructura en tres fases: seducción, aislamiento e incorporación. En la primera, los delincuentes utilizan influencers, promesas de dinero rápido y mensajes privados para despertar interés; luego aíslan a las víctimas de su entorno social, y finalmente las integran a actividades ilícitas, desde operaciones en “call centers” dedicados al fraude y la extorsión, hasta tareas de campo vinculadas con la violencia.

El especialista señala que Baja California, Colima, Chihuahua, Ciudad de México y el Estado de México concentran la mayor cantidad de casos, debido a la presencia de grupos criminales y altos niveles de precariedad. Este panorama, sostiene, ha permitido la expansión del cibercrimen como una economía paralela: tan solo el FBI reportó en 2024 más de 859 mil denuncias y pérdidas superiores a 16.6 mil millones de dólares por delitos informáticos.

Maldonado advierte que los mecanismos de captación operan como ingeniería social: glamurización del delito mediante redes, uso de microinfluencers locales, retos virales, y falsas vacantes de empleo en línea que sirven de fachada para fraudes y robo de datos. “El proceso es deliberado y gradual, similar al grooming, donde se manipula emocionalmente a la víctima hasta obtener su colaboración”, explicó.

Para enfrentar el fenómeno, el experto propone una estrategia basada en una “triple hélice” que involucre a ciudadanos, empresas tecnológicas y autoridades. A nivel individual, recomienda activar la verificación en dos pasos, restringir la visibilidad de perfiles y desconfiar de ofertas laborales que soliciten información bancaria. En el ámbito empresarial, sugiere la detección de patrones de captación y la entrega controlada de metadatos a las fiscalías. En el sector público, plantea la creación de una fiscalía especializada en cibercrimen, un registro nacional de denuncias electrónicas y programas de alfabetización digital para docentes y padres.

“La propaganda virtual no es inocua; puede ser el primer eslabón de una cadena que termina en explotación o violencia”, subrayó Maldonado, quien insistió en que solo una respuesta coordinada permitirá reducir el reclutamiento criminal que hoy, con un solo clic, alcanza a miles de jóvenes en todo el país.

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