Mié. Abr 16th, 2025

Fotografia: Redaccion RI.

Con un profundo sentimiento de pérdida, el béisbol mexicano y la Major League Baseball (MLB) se unen para rendir homenaje a Fernando Valenzuela, figura emblemática y leyenda del deporte, quien falleció a la edad de 63 años después de una lucha en el hospital. Su partida ha resonado en los corazones de aficionados, colegas y personalidades del deporte, tanto en México como en el ámbito internacional.

Nacido en el pueblo de Etchohuaquila en Sonora el 1 de noviembre de 1960, Valenzuela forjó su camino en el béisbol profesional a través de los Mayos de Navojoa, las Águilas de Mexicali, los Tuzos de Guanajuato y los Leones de Yucatán. Sin embargo, fue en 1980 cuando dio el salto a las Grandes Ligas al unirse a los Los Ángeles Dodgers, un equipo que le catapultaría a la fama y que siempre sería parte de su historia.

La carrera de Valenzuela despegó de manera notable en 1981, cuando se convirtió en el primer jugador en la historia en recibir simultáneamente el premio al Novato del Año y el prestigioso Cy Young en una misma temporada. Su famosa screwball, sello distintivo de su estilo, lo consolidó como una figura respetada y admirada, tanto por aficionados como por bateadores rivales, elevándolo al estatus de leyenda dentro de la franquicia.

A lo largo de su trayectoria, Valenzuela no solo fue protagonista en la conquista de la Serie Mundial de 1981, sino que también fue seleccionado en seis ocasiones para el Juego de Estrellas y logró una impresionante cantidad de más de 2,000 ponches, además de obtener dos Bates de Plata.

Luego de su paso por los Dodgers, continuó su carrera en otras organizaciones como los California Angels, Baltimore Orioles y St. Louis Cardinals, dejando una huella imborrable en cada uno de ellos.

Tras su retiro en 1997, Valenzuela no se desvinculó del deporte que tanto amaba; su pasión lo llevó a convertirse en comentarista deportivo y embajador del béisbol, transmitiendo su legado a nuevas generaciones de aficionados.

Este año, en un emotivo reconocimiento a su trayectoria, los Dodgers retiraron su número 34, un tributo merecido a un hombre que brilló tanto dentro como fuera del campo, convirtiéndose en un símbolo de orgullo para México.

En medio del dolor por su pérdida, la familia y amigos de Fernando Valenzuela han solicitado respeto y privacidad, sabiendo que su legado continuará vivo en la memoria de aquellos que encontraron inspiración en su historia. Mientras el mundo del béisbol se despide de este gran ícono, el espíritu de Valenzuela perdurará en cada lanzamiento y en cada partido, recordándonos que la grandeza del deporte trasciende el tiempo y las fronteras.

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