
Nayarit presume al mundo un tesoro gastronómico que va más allá de sus playas y tradiciones: el nanche, un fruto pequeño y amarillo que ha conquistado paladares por su intenso aroma y sabor agridulce. Con raíces prehispánicas, esta fruta se ha convertido en parte esencial de la identidad culinaria nayarita, al ser base de postres, bebidas y el famoso licor de nanche.
El fruto, disponible principalmente entre abril y junio, se disfruta en diversas preparaciones: desde nieves y atoles, hasta mermeladas, aguas frescas y dulces tradicionales. Sin embargo, es el licor de nanche el que mejor representa la tradición local: una bebida artesanal elaborada con fruta madura, aguardiente, piloncillo y canela, cuya receta se transmite de generación en generación y que se sirve en restaurantes costeros como digestivo o en cócteles refrescantes
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Nayarit produce más de mil toneladas de este fruto al año, consolidándose como uno de los principales estados productores del país. Más allá de su importancia económica, el nanche aporta beneficios nutricionales gracias a su riqueza en antioxidantes y vitaminas C, A y complejo B, convirtiéndose no solo en un deleite gastronómico, sino también en un aliado para la salud.
Con el licor de nanche y sus múltiples presentaciones, este fruto se ha transformado en un símbolo cultural y en una experiencia sensorial que conecta a locales y visitantes con la esencia de Nayarit. Quien lo prueba, aseguran, no solo saborea una bebida, sino la historia viva de un pueblo orgulloso de sus raíces y de su tierra férti