Fotografia: Redaccion RI.
La Fiscalía General del Estado ha vinculado a proceso a Marilyn Cote, una mujer que supuestamente operaba como psiquiatra mientras ocultaba su verdadera formación académica. La alarma fue encendida por publicaciones virales en redes sociales, donde ciudadanos denunciaron las prácticas engañosas de Cote, quien presumía de contar con un doctorado en Neurociencias y especialización en Neuropsicología.
La decisión de vincularla a proceso se tomó el pasado viernes, imponiéndole como medida cautelar la prisión preventiva. La Fiscalía ahora tiene un plazo de dos meses para profundizar en las investigaciones relacionadas con sus actividades fraudulentas. Cote enfrenta cargos por usurpación de identidad; las pruebas recopiladas han demostrado que sus credenciales eran totalmente falsas.
Contrario a sus alegaciones de ser una experta en salud mental, los registros oficiales indican que su educación se limita a una licenciatura en Derecho y una maestría en Criminalística, lo que claramente no le confiere las competencias necesarias para prescribir tratamientos médicos. Esta revelación ha generado una profunda preocupación entre quienes buscaron su ayuda, confiando en una profesional que en realidad carecía de la formación requerida.
La autoproclamada especialista no solo inflaba su currículum, sino que también afirmaba haber sido parte de la Unidad de Análisis de Conducta del FBI en Quantico, Virginia, y exhibía premios inventados en su página web y redes sociales. Cote aseguraba tener la solución para trastornos como la depresión y la ansiedad en un tiempo récord de solo una semana, lo que probablemente la hizo atractiva para quienes buscaban alivios inmediatos.
Aún más grave son las acusaciones sobre la manipulación de fotografías en su sitio web y documentos oficiales, incluyendo alegaciones de falsificación de su licencia de conducir. Estas acciones no solo socavan la ética profesional, sino que plantean serias dudas sobre la seguridad de los pacientes que fueron engañados.
El eco de este caso de charlatanismo ha resonado en la sociedad poblana, impulsando a las autoridades a reflexionar y actuar ante un fenómeno preocupante. La investigación avanza, y la expectativa recae en que el sistema judicial reaccione ante esta alarmante situación, subrayando la urgencia de una regulación más estricta en el ejercicio profesional de la salud. La comunidad espera respuestas que garanticen la seguridad y protección de los ciudadanos ante situaciones similares en el futuro.
