
Pátzcuaro, Michoacán, es uno de los destinos más representativos de México gracias a su riqueza histórica, cultural, arquitectónica y gastronómica. Considerado una joya turística del estado, este Pueblo Mágico cautiva a visitantes nacionales e internacionales con su atmósfera única, que combina tradición, leyendas y la hospitalidad de sus habitantes.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), sus orígenes se remontan al siglo XIV, cuando los purépechas lo fundaron como un importante centro ceremonial, conocido como “la puerta del cielo”. Durante la época colonial, resurgió bajo la influencia de Vasco de Quiroga, primer obispo de Michoacán, quien en 1539 trasladó la sede episcopal al lugar y dejó un legado que incluye la Basílica de Nuestra Señora de la Salud y el Colegio de San Nicolás, antecedente de la primera universidad del país.
La huella colonial es visible en su arquitectura y recintos históricos: el Templo del Sagrario, la Casa de los Once Patios, el Antiguo Colegio Jesuita y la Plaza Vasco de Quiroga, considerada la segunda plaza colonial más grande de México. Calles empedradas, casas de adobe y teja, plazas arboladas y monumentos religiosos conforman un entorno que transporta al visitante a otra época.
Además de su patrimonio arquitectónico, Pátzcuaro ofrece experiencias vivas en su mercado tradicional, donde cocineras preparan recetas transmitidas por generaciones; así como en sus tiendas de artesanías, restaurantes y espacios culturales como la Biblioteca Gertrudis Bocanegra y el Teatro Emperador Caltzontzin. Todo esto convierte a este Pueblo Mágico en un viaje en el tiempo que resalta la identidad michoacana y el valor patrimonial de México.