








El Ayuntamiento de Guadalajara y el Gobierno de Jalisco anunciaron un ambicioso proyecto de rehabilitación para el Centro Histórico de la ciudad. La intervención abarcará espacios icónicos como la Plaza de La Liberación, Plaza Fundadores, Plaza Cabañas, el Paseo Degollado y Plaza Tapatía, con el objetivo de mejorar tanto la infraestructura urbana como la experiencia de quienes transitan o trabajan en estas zonas.
Los trabajos buscan atender daños derivados del desgaste natural, como pisos con desprendimientos, instalaciones ineficientes, falta de accesibilidad, vegetación mal ubicada y luminarias obsoletas. Además, se contempla la modernización del mobiliario urbano y la eliminación de cableado aéreo en desuso, elementos que actualmente afectan la estética y funcionalidad del primer cuadro tapatío.
Uno de los puntos críticos a intervenir son los estacionamientos subterráneos, que presentan filtraciones, deterioro estructural en columnas y losas, señalización deficiente y espacios inutilizados. Para resolverlo, se aplicará un sistema de impermeabilización especializado, se rehabilitarán instalaciones eléctricas, rutas de evacuación, sistemas de ventilación y se mejorará la iluminación.
La inversión total será de 450 millones de pesos; 100 millones serán cubiertos por el municipio de Guadalajara y el resto por la Secretaría de Infraestructura y Obra Pública (SIOP). Las obras incluirán también la renovación de pavimentos, mejoras en accesibilidad y el manejo responsable del arbolado. Aunque las zonas intervenidas estarán envalladas, el funcionamiento del Centro Histórico no se detendrá.
La presidenta municipal Verónica Delgadillo destacó que se han implementado acciones de socialización con diversos sectores, como comerciantes, artistas urbanos, aseadores de calzado, templos y museos. Mediante mesas de trabajo y diagnósticos puntuales, se busca minimizar afectaciones y garantizar que los servicios y actividades continúen mientras se transforma uno de los espacios más emblemáticos de la ciudad.