
Nayarit invita a descubrir una de sus facetas más dulces y profundas con la Ruta del Chocolate, una experiencia turística que conecta a los visitantes con el alma de su tierra, sus comunidades y su herencia ancestral. Más que una degustación, esta travesía recorre pueblos, plantaciones, talleres y jardines donde el cacao es protagonista y símbolo de identidad. Iniciativas como Planeta del Cacao o Travesía Cora han dado vida a este recorrido lleno de sabor, cultura y propósito social.
En Amatlán de Cañas, la ruta comienza en la casa de Mamá Lola, donde el cacao tostado perfuma el ambiente y se transforma en trufas, dulces y galletas artesanales. El recorrido continúa por el centro histórico, la Barranca de Oro, El Rosario y la ex hacienda Estancia Los López, culminando en el balneario de aguas termales El Manto, un sitio perfecto para relajarse tras una jornada de exploración y aprendizaje.
Otra parada esencial es el Planeta del Cacao, en Tondoroque, un jardín museo interactivo que promueve la conservación de cacaos nativos. Allí, los visitantes participan en actividades que van desde moler granos hasta moldear su propia barra de chocolate. Además, el Pueblo Mágico de Ixtlán del Río ofrece una experiencia cálida y familiar con Chocolate Ma Nena, chocolatera con más de un siglo de tradición artesanal.
En cada rincón, la Ruta del Chocolate revela un Nayarit distinto: uno lleno de historias, tradiciones y sabores que nacen del campo y del trabajo comunitario. Ya sea bebiendo chocolate de metate con canela o aprendiendo sobre los procesos de producción, esta ruta invita a saborear el legado mesoamericano del cacao y a redescubrir al estado como un destino rural, auténtico y profundamente cultural.