Fotografia: X Maduro.
Este viernes, Nicolás Maduro fue investido oficialmente como presidente de Venezuela, iniciando su tercer mandato que se extenderá hasta 2031. La ceremonia, que se llevó a cabo ante la Asamblea Nacional, estuvo marcada por la notable ausencia de líderes latinoamericanos y un ambiente de creciente tensión política. La reelección de Maduro ha estado rodeada de acusaciones de fraude y un descontento social palpable, que se tradujo en protestas organizadas por la oposición.
El acto protocolar comenzó con más de una hora de retraso y se desarrolló en un contexto complicado, donde la oposición, liderada por Edmundo González, había convocado a manifestaciones en Caracas. A pesar de haber alegado haber ganado las elecciones, González no asistió a la ceremonia, tras una reunión en República Dominicana con el presidente Luis Abinader.
Maduro, rodeado de aliados como el presidente cubano Miguel Díaz-Canel y el nicaragüense Daniel Ortega, realizó su juramento en un ambiente de desconfianza. “Juro por Bolívar… por la memoria eterna de nuestro comandante eterno Hugo Chávez”, proclamó, mientras insistía en que «Venezuela está en paz y en pleno ejercicio de su soberanía popular». Sin embargo, su discurso fue recibido con escepticismo por la oposición y la comunidad internacional.
Las elecciones del 28 de julio de 2024, que llevaron a su reelección, fueron objeto de controversia, ya que las autoridades proclamaron su victoria sin ofrecer un conteo detallado de los votos. La oposición, que recopiló actas de más del 80% de las máquinas de votación, sostiene que González obtuvo el doble de sufragios que Maduro. Esta falta de transparencia ha generado un escándalo que ha resonado en el ámbito internacional, llevando al mandatario a solicitar una auditoría de los resultados, que fue respaldada por el Tribunal Supremo sin ofrecer pruebas concluyentes.
La situación se ha vuelto más tensa tras la detención de la dirigente opositora María Corina Machado, un hecho que el gobierno desmintió. Las manifestaciones contra Maduro se han tornado violentas, dejando un saldo trágico de más de 20 muertos y más de 2,000 arrestos, con denuncias de torturas a los detenidos.
El Centro Carter, que fue invitado como observador electoral, ha respaldado la legitimidad de las actas publicadas por la oposición, lo que ha acentuado la crisis de credibilidad del proceso electoral. En medio de un clima de polarización y represión, la situación en Venezuela sigue siendo un foco de preocupación para la comunidad internacional.
El nuevo mandato de Maduro se desarrolla en un panorama donde la oposición busca visibilizar su descontento y reclamar una Venezuela democrática. La incertidumbre sobre el futuro del país persiste, mientras el clamor por justicia y transparencia se intensifica en las calles.
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