La voz de Armando Olmeda, padre de Roberto Carlos, uno de los estudiantes desaparecidos, resuena con desesperación al denunciar la falta de avances en las investigaciones que deberían arrojar luz sobre este doloroso caso.
A medida que el tiempo avanza, la comunidad se encuentra cada vez más consternada y las familias, sumidas en una tristeza profunda, demandan respuestas. “Las indagatorias prácticamente están detenidas. Nunca nos han mostrado imágenes de las cámaras de videovigilancia y tampoco hemos recibido información sobre los restos encontrados en el horno de una ladrillera de este municipio”, señala Olmeda, quien no ha dejado de luchar por la verdad desde la desaparición de su hijo, estudiante de 20 años en la Universidad de Guadalajara.
La desesperación de Olmeda refleja un sentimiento compartido por muchos en la comunidad. “Es urgente que el gobierno actúe con determinación para esclarecer los hechos. No solo hablo por mí, sino por todas las familias que están en la misma situación. Necesitamos que nos escuchen, que busquen la verdad y que se haga justicia”, enfatiza, su voz interrumpida por la emoción.
Los eco de sus palabras resuenan en un contexto donde la impunidad y la falta de respuesta gubernamental parecen ser una constante. Las familias de los desaparecidos esperan que la visibilidad de su lucha logre presionar a las autoridades para que retomen las investigaciones y ofrezcan un camino hacia la verdad.
La comunidad de Lagos de Moreno observa, con la esperanza de que la resiliencia de estas familias y su inquebrantable búsqueda de justicia no caigan en el olvido.
