Lun. Jun 23rd, 2025

Cada vez más niños tienen acceso a dispositivos electrónicos desde edades tempranas, pero este uso sin supervisión puede tener consecuencias graves en su desarrollo. Según la Dra. Rocío Reyna Camarillo, académica de la UAG, el uso excesivo de pantallas genera desde déficit de atención y bajo rendimiento escolar hasta depresión, obesidad e incluso conductas violentas. La tecnología, aunque útil, no está exenta de riesgos cuando se introduce sin límites en la infancia.

Estudios recientes han demostrado que el uso de celulares y tabletas a edades tempranas puede alterar el desarrollo cerebral, motriz y emocional. Por ejemplo, un estudio canadiense reveló que los niños que usan el celular al menos 30 minutos al día entre los 6 meses y los 2 años tienen casi un 50% más de probabilidad de presentar retrasos en el lenguaje. Asimismo, el sedentarismo vinculado al uso de dispositivos está generando un aumento alarmante en la obesidad infantil, con proyecciones preocupantes a futuro.

Además, el uso intensivo de redes sociales y videojuegos ha sido vinculado con depresión, ansiedad, baja autoestima y trastornos del sueño. La sobreexposición digital lleva a muchos niños a compararse con estándares irreales y buscar validación a través de «likes», lo que afecta su salud mental. A esto se suma la privación del sueño, estrechamente relacionada con el uso nocturno de celulares y un rendimiento escolar deficiente.

Ante esta situación, la Dra. Reyna Camarillo hace un llamado urgente a los padres: limitar el acceso de los niños a la tecnología no es una restricción, sino una forma de proteger su bienestar integral. Invertir tiempo en actividades familiares, al aire libre y en el desarrollo emocional de los hijos, puede tener beneficios duraderos mucho más valiosos que cualquier dispositivo electrónico.

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