
Nayarit guarda en su geografía una colección de pueblos que parecen salidos de una postal: lugares donde la historia, la gastronomía y la naturaleza se entrelazan para ofrecer una experiencia inolvidable. Desde Tepic hasta Amatlán de Cañas, este roadtrip de dos días es una invitación a recorrer caminos poco transitados que revelan joyas coloniales, cascadas escondidas y sabores que solo se encuentran en la cocina tradicional nayarita. La aventura arranca en la capital con un desayuno gourmet en Emiliano Comida y Vino, y continúa hacia Ahuacatlán y Barranca del Oro, donde cada parada sorprende con su encanto local y postales que enamoran.
La primera jornada culmina con la llegada al Pueblo Mágico Amatlán de Cañas, un rincón donde el tiempo parece fluir más despacio. Calles empedradas, templos centenarios y platillos típicos como los camarones a la cora dan forma a una experiencia sensorial completa. El trayecto incluye también visitas a El Rosario, con su cascada El Manto, y a Estancia de los López, donde el cacahuate es el protagonista de una rica tradición artesanal. Cada pueblo ofrece una nueva perspectiva sobre la riqueza cultural y natural de Nayarit.
El segundo día en Amatlán de Cañas es un festín para los sentidos. El desayuno tradicional da paso a una experiencia imperdible: la ruta del chocolate con la señora Olga Lidia, guardiana de un saber ancestral que convierte el cacao en una bebida de sabor profundo. Esta región, aún poco explorada por el turismo masivo, ofrece un refugio ideal para quienes buscan autenticidad. A través de la campaña “El México por descubrir”, la Secretaría de Turismo de Nayarit invita a conocer estos destinos que permanecen fieles a sus raíces y despiertan el deseo de volver.