Sáb. May 31st, 2025

Jalisco, además de ser cuna del mariachi y el tequila, también es un paraíso de sabores refrescantes que reflejan su rica herencia gastronómica. En esta temporada de calor, locales y visitantes pueden disfrutar de una variedad de bebidas tradicionales, con y sin alcohol, que no solo ayudan a mantenerse frescos, sino que también cuentan historias de identidad y cultura en cada sorbo.

Entre las opciones más populares se encuentra el tejuino, hecho a base de maíz fermentado con piloncillo, limón y sal, que suele servirse con una bola de nieve de limón. Le siguen la lechuguilla, una bebida artesanal sin alcohol de maguey fermentado con múltiples sabores frutales, y las escamochas, un cóctel de frutas tropicales con jugo de cítricos, granadina, chile y chamoy, que funciona como bebida y postre.

Para quienes buscan algo más festivo, destacan los cantaritos y cazuelas, ambos a base de tequila y cítricos, ideales para acompañar antojitos mexicanos. También los vampiros, una bebida picante que combina sangrita casera, tequila y jugos cítricos, servida en bolsa con popote, muy popular en las zonas del sur de Jalisco. Por su parte, el ponche de granada, con su fermentación artesanal, representa una opción refrescante con un toque de licor tradicional.

Cada una de estas bebidas ofrece una experiencia sensorial única y un recorrido por las raíces de Jalisco. Ya sea en un mercado, restaurante o festejo popular, estas preparaciones no solo sacian la sed, sino que conectan con el corazón de la gastronomía jalisciense, invitando a todos a saborear su identidad.

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