
Este miércoles 7 de mayo de 2025, la Iglesia Católica inicia uno de los eventos más solemnes de su tradición: el cónclave para elegir al sucesor del Papa Francisco, fallecido el pasado 21 de abril a los 88 años. Un total de 133 cardenales con derecho a voto —todos menores de 80 años— se reunirán en la Capilla Sixtina del Vaticano, bajo estrictas normas de aislamiento y secreto, para elegir al 267º Pontífice de la historia. El cónclave representa no solo una decisión espiritual, sino también estratégica, en un momento de grandes desafíos para la Iglesia a nivel global.
El proceso comenzará con la misa “Pro Eligendo Pontifice”, celebrada en la Basílica de San Pedro, donde los cardenales pedirán guía divina antes de retirarse a deliberar. Una vez dentro de la Capilla Sixtina, los purpurados juran confidencialidad absoluta y dan inicio a una serie de votaciones que pueden durar días. Para elegir al nuevo Papa se requieren al menos dos tercios de los votos —es decir, 89—, y solo cuando se alcance este consenso, el humo blanco de la chimenea indicará que un nuevo pontífice ha sido designado.
Entre los papables que suenan con más fuerza figura el cardenal italiano Pietro Parolin, actual Secretario de Estado del Vaticano, quien encabeza las apuestas con una amplia ventaja. Le siguen el cardenal filipino Luis Antonio Tagle, representante del ala reformista y cercano al Papa Francisco, así como el italiano Matteo Zuppi, conocido por su papel en procesos de mediación internacional. Otros nombres destacados son el ghanés Peter Turkson, con experiencia en justicia social y medioambiente, y el francés Jean-Marc Aveline, admirado por su enfoque inclusivo y su compromiso con el diálogo interreligioso.
Este cónclave es considerado el más diverso e internacional de la historia. Los 133 cardenales provienen de 71 países distintos, reflejo del crecimiento del catolicismo en África, Asia y América Latina, donde actualmente se concentra la mayoría de la feligresía. En este contexto, muchos analistas eclesiásticos consideran que la elección podría recaer en un candidato no europeo, en línea con una visión más global y abierta de la Iglesia.
La atención del mundo está centrada en el Vaticano, donde millones de fieles siguen con expectativa cada señal del proceso. Más allá de la elección de una figura espiritual, el próximo Papa deberá enfrentar temas complejos como la secularización, los escándalos de abuso, la modernización de la Curia y los debates sobre moral sexual y social. La decisión marcará no solo el rumbo doctrinal del catolicismo, sino su papel político y humanitario en el escenario internacional.
Cronología
7 de mayo de 2025 (miércoles)
• 10:00 a.m. (hora local): Misa “Pro Eligendo Pontifice” en la Basílica de San Pedro, presidida por el Decano del Colegio Cardenalicio.
• Por la tarde: Ingreso solemne de los cardenales a la Capilla Sixtina. Juran secreto y comienza el cónclave. Puede realizarse una primera votación.
8 de mayo en adelante
• Dos votaciones por la mañana y dos por la tarde cada día.
• Al final de cada sesión, se quema la papeleta con sustancias químicas para producir humo:
• Humo negro: no hay elección.
• Humo blanco: nuevo Papa elegido.
• Se requerirá una mayoría de dos tercios para que la elección sea válida, según lo estipulado en la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis de Juan Pablo II, y actualizada por Benedicto XVI.
Fecha por confirmar (cuando se haya elegido)
• El cardenal Decano pregunta al elegido si acepta el cargo y con qué nombre gobernará.
• El nuevo Papa es presentado al mundo desde el balcón central de la Basílica de San Pedro con el anuncio: “Habemus Papam”.