
Cuando el calor aprieta, Zacatecas responde con tradición líquida. Este estado del norte no solo es cuna de historia minera, sino también de bebidas que refrescan y cuentan historias. Desde fermentados prehispánicos hasta destilados premiados, cada trago aquí es una postal de identidad.
El colonche, elaborado a base de tunas rojas fermentadas, es una joya ancestral del semidesierto, dulce y espumosa, con propiedades digestivas y medicinales. A su lado, el licor de membrillo representa la paciencia artesanal: fermentado por más de un año, ofrece un sabor profundo ideal para brindar con calma.
Pero si de orgullo hablamos, el mezcal zacatecano tiene denominación de origen y fama mundial. En regiones como Teúl o Pinos se producen etiquetas galardonadas como Don Aurelio o Don Antonio Briones, elaboradas con agave salmiana. Además, Zacatecas presume una pujante escena de cerveza artesanal, con propuestas como Caxcán, Piedra Negra o Jerez, celebradas incluso en su propio festival.
Por si fuera poco, la ruta del vino crece con fuerza: casas como Tierra Adentro han sido reconocidas internacionalmente, y ofrecen experiencias enológicas con música, gastronomía y atardeceres inolvidables.