En México 20 mil niñas, niños y adolescentes son víctimas de trata al año. La explotación sexual infantil, la trata y corrupción de menores, son temas dolorosos y pendientes en materia jurídica en nuestro país en donde el presidente Andrés Manuel López Obrador pretende que el titular de la Fiscalía General de la República (FGR) sea electo por voto popular directo lo cuál es una ocurrencia ‘que no tiene pies y cabeza’ dijeron constitucionalistas y especialistas en Derecho.
Dirán que una cosa no tiene que ver con la otra pero si tomamos en cuenta que la presente administración quiere utilizar al Poder Judicial que constitucionalmente y en marco democrático debe contar con autonomía, los fines presidenciales tiene tintes políticos y la inseguridad, que se enrola en lo que sucede con las niñas y niños, se suma al ambiente de corrupción y falta de atención a la población que es agredida desde el poder federal con los abrazo y no balazos que les ofrece a los delincuentes.
La realidad es que, actualmente, existen estimaciones respecto a la cantidad de niñas, niños y adolescentes que ha reclutado la delincuencia organizada. Por un lado, en 2011, la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) mencionó que 35,000 niñas, niños y adolescentes eran parte de grupos delictivos organizados. Por otro lado, en 2018, autoridades mexicanas estimaron que alrededor de 460,000 niñas, niños y adolescentes tienen algún rol dentro de estos grupos delictivos organizados. Esta diferencia entre las cifras emitidas por cada fuente revela un hueco en la información sobre este grupo poblacional.
Con base en un extenso estudio de Reiserta, con el apoyo del pueblo de los Estados Unidos, a través de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y en el estudio “Niñas, niños y adolescentes reclutados por la Delincuencia Organizada” destaca que hay muchos elementos que llevaron a esta población a ser parte de estas redes en donde sus infancias fueron interrumpidas y cómo cambiaron un juguete por armas y dinero ilícito.
“La delincuencia organizada en México representa una problemática que afecta cada vez más a un sector específico de la población: niñas, niños y adolescentes. Esto porque las redes organizadas han iniciado prácticas de reclutamiento con este grupo etario, empleando como catalizadores las carencias sociales, económicas, culturales, familiares, educativas y psicológicas. Ante este panorama, esta práctica se ha convertido en un fenómeno abierto a exploración y análisis desde distintos sectores: académico, gubernamental y no gubernamental”.
Por lo anterior Redim estimó en 2019 que hay aproximadamente 30,000 niños, niñas y adolescentes incorporados a las filas de la delincuencia organizada. Sin embargo, el acercamiento y la percepción sobre la existencia y el crecimiento de esta cifra ha sido principalmente de carácter cualitativo. Es decir, se cuenta con impresiones muy acertadas, pero sin sustento empírico.
Por lo anterior, Reinserta hizo un llamado a fortalecer el sistema de justicia penal, ya que no hay menores acusados por delincuencia organizada, si bien la ley mandata que usar a menores para cualquier tipo de delito está determinado como trata, no hay una sola persona acusada por este delito, la falta el fortalecimiento del sistema educativo y de las escuelas, para que la delincuencia organizada no sea una alternativa para los niños en México.
