Fotografia: Redacciòn RI.
El coso taurino vibró el pasado fin de semana con la sexta novillada de la temporada, donde Bruno Aloi se erigió como el gran protagonista al lidiar al novillo “Ya Mérito” de Campo Hermoso. A pesar de una estocada con ligero defecto, su actuación fue digna de admiración, destacándose en todos los tercios y mostrando una clase y control que deslumbró a los aficionados.
La presentación de los ejemplares de Pablo Suarez Gerard brindó una experiencia variada: mientras que el primer novillo recibió un arrastre lento, el cuarto logró captar la atención de los espectadores, siendo ovacionado al final de su lidia. Este escenario cambiante añadió un matiz de incertidumbre a la velada.
Por otro lado, Manuel Caballero, hijo del reconocido matador homónimo, ofreció una faena marcada por la técnica, pero enfrentó la dificultad de lidiar un novillo problemático. Su segundo intento, aunque mostró algunas mejoras, se vio afectado por la falta de fuerza del animal, resultando en divisiones de opiniones entre los asistentes y algunos fallos con la espada que complicaron su desempeño.
Andrés García “Ardillo” buscó conectar con el público, sin embargo, su esfuerzo se vio frustrado por la colaboración escasa de los novillos que enfrentó, llevando a un desenlace rápido en su actuación.
El ambiente en el tendido se tornó emocionante con la actuación de Aloi, quien, al torear con gracia y temple, recibió olés entusiastas de los aficionados. El apoyo del público fue palpable, y a pesar de su estocada defectuosa, culminó su faena con una merecida salida a hombros, envuelto en vítores.
Esta tarde de toros no solo fue un escaparate del talento de Aloi y el potencial del novillo “Ya Mérito”, sino también un recordatorio del dinamismo y las sorpresas que siempre ofrece el mundo taurino. Sin duda, será una jornada recordada por el fervor del público y la determinación de los novilleros.

