Fotografia: Redacciòn RI.
La experiencia de viajar en el Macrobús se ha convertido en un reto para muchos usuarios que diariamente utilizan este servicio de transporte público. A las ya conocidas incomodidades como el hacinamiento en horas pico, se suma un peligro que ha genera preocupación entre los pasajeros: las puertas automáticas del Macrobús.
«Como usuarios cotidianos del macrobus, en especial el de la Calzada Independencia se pueden ver todo tipo de situaciones como la que se vivió la tarde del jueves en donde al momento de abordar y el escaso tiempo para ingresar ésta se cerró de manera brusca causandole un fuerte golpe a Maria Guadalupe Enriquez quien señaló que «es como viajar en una lata de sardinas, todos estamos mal acomodados, y si tienes la mala suerte de quedar cerca de la puerta, el peligro es aún mayor».
La situación se agrava en los momentos de mayor demanda, cuando los autobuses van saturados y los pasajeros intentan entrar apresuradamente. En varias ocasiones, las puertas se han cerrado tan violentamente que han atrapado mochilas, ropa e incluso extremidades de los usuarios, quienes se ven obligados a forcejear con el sistema automático para liberarse o de plano esperar hasta la siguiente estación para liberar sus pertenencias.
Es por esos que una de las principales mejoras que se tiene que hacer es la organización del flujo de pasajeros para evitar accidentes mayores. Aunque no se han reportado incidentes graves, mismos que se pueden evitar.
Las autoridades de transporte público del Sistema del Tren Urbano (SITEUR) deben atender esta problemática, Mientras tanto, los usuarios deben seguir extremando precauciones para evitar ser víctimas que se ha convertido en una trampa potencialmente peligrosa.
