El 59% de las madres en el país no están económicamente activas, además, las mujeres en México trabajan más del doble de tiempo que los hombres en labores no remuneradas a lo que suma que una mujer mexicana en promedio dedica 42 horas a la semana a tareas del hogar y de cuidados, ¡más que una jornada laboral completa! Mientras un hombre en promedio dedica 18 horas de trabajo, así lo revelan las últimas cifras del Censo de Población y Vivienda 2020 y a la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) al 4to trimestre de 2022.
Si vemos las cifras con más detenimiento Al cuarto trimestre de 2022, en México residían 56 millones de mujeres de 12 años y más. De ellas, 67 % (38 millones) eran madres. En 2022, la información sobre la situación conyugal de las madres indica que 11 % estaban solteras. Siete de cada 10 madres solteras eran económicamente activas.
Ahora bien, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos del Hogar (ENIGH) 2020, en los hogares en donde al menos había una madre soltera, 65 % del ingreso corriente trimestral del hogar provenía del trabajo. Según la información de los registros administrativos, 71 % de los partos de madres solteras, quienes obtuvieron el acta de nacimiento de su hija o hijo durante 2021, fueron atendidos en un hospital o clínica oficial.
Si interpretamos estas cifras, nos dan como resultado que el cuidado del trabajo en el hogar y de cuidados, es trabajo no pagado, a lo que hay señalar que la recuperación económica requiere que más mujeres regresen a trabajar a cambio de un ingreso justo, tomando en cuenta que la mayor parte de trabajo de cuidado de niñas y niños, enfermos y enfermas, y personas de la tercera edad y con discapacidad lo realizan las mujeres.
Además, las personas trabajadoras del hogar, también suelen ser cuidadoras de niñas y niños, de enfermos y enfermas y personas de la tercera edad, lo que permite que madres y padre se incorporen al mercado laboral solo que, el trabajo del hogar remunerado es en su mayor parte, realizado por mujeres, pero suele ser trabajo informal, por eso es importante, lo cual no se lleva a cabo, brindarles seguridad social y prestaciones a las trabajadoras para regularizar esta actividad.
En México, la oferta pública de servicios de cuidados es muy limitada, sobre todo tras la cancelación del Programa de Instancias Infantiles (2019) y en contraste, el gobierno no ofrece incentivos, para que las empresas inviertan en guarderías y las transferencias en efectivo a las madres no generan valor, pues no son producto de su trabajo. Las guarderías, no sólo crean empleos para quienes trabajan en ellas, sino que permite que mujeres tengan una ocupación remunerada, en donde, a fin de cuentas, todos ganamos.
Por eso, es importante repartir la carga de trabajo de cuidados, de manera más equitativa, entre hombres y mujeres, lo que permitiría que los hombres se involucren más en la crianza y en las labores del hogar; que más mujeres se reincorporen al mercado laboral, pero para que esto suceda, en México ¿cómo vamos? propone que se implementen políticas tales como licencias de paternidad obligatoria y de mayor duración y promoción de una cultura laboral en la que los hombres también tengan derecho a ausentarse por motivos de cuidado de hija e hijos, enfermos y enfermas y de adultos mayores.
Además, no hay que perder de vista que, dada la violencia de género que se vive en México dentro y fuera de los hogares, la mayor percepción de inseguridad de las mujeres determina también si siguen con sus estudios, si ponen un negocio o solicitan trabajo remunerado, es decir, las mujeres se sienten más inseguras al caminar en la calle y esto sin duda, al igual, tiene un impacto económico y en los ingresos de los hogares.